En nuestra dieta habitual hay muchos alimentos que no tienen demasiado (o ningún) interés nutricional y cuya presencia resulta innecesaria para garantizar un buen estado nutricional. En particular existe un grupo que nos interesa particularmente, cuyos componentes se caracterizan por su elevado contenido en azúcares, bien sea naturales o añadidos en el proceso de su fabricación. Nos referimos a productos tales como mermeladas, confites, chocolate, miel, bebidas refrescantes no alcohol, fruta productos de botella y de pasteles, helados etc.
Es evidente que el dulce nos gusta y esta es la razón por la cual este tipo de productos se ingieren a menudo en cantidades mayores a lo que sería deseable. Puesto que el aspecto hedónico está implícito en el acto de comer, se debe “negociar” el punto en el cual las distintas necesidades pueden cumplirse al máximo sin amenazar, por otro lado, los diferentes equilibrios. Dicho punto no es siempre igual y depende de muchas variables. No cabe duda de que, en el caso de la diabetes, la presencia de estos productos de tener cabida, seria excepcional. Y aun así en algunos es recomendable consumirlos junto con otros alimentos, por ejemplo como postre.
miércoles, 4 de junio de 2014
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